RICARDO ANAYA: EL AMBICIOSO NIÑO PRODIGIO DEL PAN
RICARDO ANAYA: EL AMBICIOSO NIÑO PRODIGIO DEL PAN

El joven panista que ascendió sin grandes antecedentes políticos

Ricardo Anaya inició su carrera política desde muy joven, sin embargo a pesar de su aparente inexperiencia, su gran retórica lo hacen ser considerado un presidenciable.

Aunque hay documentos en los que se puede leer que, presumiblemente, todos los presidenciables del blanquiazul son amigos, la realidad es que existe una gran disputa interna en el PAN para ser el designado por el Consejo Interno como candidato a la presidencia de México en 2018.

Muestra de esta disputa es el aparente «berrinche» que hace Margarita Zavala en una discusión que sostiene con otro contendiente, el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle y el dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, durante un mitin a favor del candidato de esta institución política a la gubernatura de Coahuila, Guillermo Anaya.

Los amigos Panistas, hoy presidenciables

Sorprende a muchos que Ricardo Anaya, siendo tan joven y sin algún puesto de relevancia al interior del partido, fuera  considerado como el sucesor de Gustavo Madero, colocándose al frente de esta institución política de gran peso a nivel nacional, en donde, de manera reciente, ha logrado un acuerdo con el PRD para echar a andar gobiernos de coalición, como el recientemente anunciado Frente Amplio Democrático.

Además, a Ricardo Anaya se le ha visto debatir con quienes se puede considerar como grandes monstruos de la política y salirse con la suya. Sin embargo, hay quienes señalan que más que trabajar para el PAN, trabaja para sí mismo.

Orígenes panistas

En el caso de Ricardo Anaya, no puede hablarse de una familia políticamente activa, pero individualmente, podemos reconocer que es una persona que, desde muy joven, se inmiscuyó en la política.

En 1997, a sus escasos 18 años, Anaya ocupó en Querétaro el cargo de director del Instituto Municipal de la Juventud, esto durante la administración de Francisco Garrido Patrón, quien era entonces presidente municipal de la capital queretana y quien, podemos decirlo con certeza, es el padrino político de Ricardo Anaya.

Sin embargo, los registros del partido indican que no fue sino hasta el año 2000 en el que Anaya, con 21 años, se adhirió al Partido Acción Nacional, en el que, en tan solo un año, logró hacerse de una diputación local por el XIV Distrito de la entidad; más tarde, con su candidatura, logró un aumento en la elección respecto a las votaciones anteriores.

En el 2003, su padrino político, Francisco Garrido, contendió en las elecciones a la gubernatura de la entidad, mismas que ganó y, de inmediato, el «niño prodigio» levantó la mano para hacerse de un cargo. Debido a las buenas impresiones dejadas en el nuevo gobernador, Anaya se hizo del título de secretario particular.

En esta etapa, el joven Anaya Cortés fue apodado por la «nata» panista y, de manera despectiva, como «el cerillo», ya que, de acuerdo al mismo Garrido, todo lo que se le acercaba, lo quemaba. Aquel sexenio, siguiendo de cerca al gobernador de Querétaro, transcurrió con más bajas que altas, pues se le acusó de dejar inconclusas varias obras a lo largo y ancho de la entidad.

Francisco Garrido Patrón, padrino político de Anaya

Para las elecciones de 2009 en la entidad, Anaya, gente de confianza del gobernador, fue designado coordinador de campaña de Manuel González Valle, quien perdió la elección en contra del priista José Calzada Rovirosa. A la par, el partido fue multado por exceder gastos de campaña por una cantidad de hasta 6.2 millones de pesos.

En ese año, fue diputado local de la LVI Legislatura, fungiendo también como coordinador del grupo parlamentario, sin embargo, únicamente ocupó el cargo durante un año, en tanto que de 2010 a 2011, fue director del Comité Ejecutivo del PAN en su entidad.

Gobierno federal

En el año 2011, es llamado por el equipo de trabajo del presidente Felipe Calderón Hinojosa para hacerse cargo de la Subsecretaría de Planeación Turística, adjunta a la Secretaría de Turismo en la que estaba a cargo Gloria Guevara.

Ya inmiscuido en el PAN a nivel federal, conoce, rumbo a la composición de equipos de la precampaña del 2012, a Roberto Gil Zuarth, quien en ese entonces era el secretario particular de la presidencia cargo que, aseguran, obtuvo por su gran amistad con Calderón. Gil Zuarth ocupó en aquel entonces la vacante que dejó Luis Felipe Bravo Mena, quien a su vez, contendería por segunda ocasión por la gubernatura del Estado de México.

Roberto Gil Zuarth y Ricardo Anaya

En el 2012, Gil Zuarth se integró en enero al equipo de campaña de Josefina Vázquez Mota, quien figuraba como favorita para ser la abanderada del PAN rumbo a las elecciones federales. Zuarth fungió entonces como coordinador de campaña, sitio desde donde solicitó trabajos a Ricardo Anaya.

Fue entonces cuando se le requirió, a la «joven promesa» panista, la creación de una campaña para desbancar la popularidad del ahora presidente, Enrique Peña Nieto. Ahí, a Anaya se le había encargado, encabezar una serie de spots denominados «Peña no cumple», el cual hacía alusión directa al slogan de la campaña por la gubernatura mexiquense en donde el entonces candidato priista rezaba «te lo firmo y te lo cumplo».

Anaya presentando Spots

 

En la Cámara de Diputados

En 2012, Anaya comenzó sus funciones como diputado federal de la LXII legislatura y, rápidamente, impulsado por el coordinador de la bancada, Luis Alberto Villarreal García, y el vicecoordinador, Jorge Villalobos, afines al «Jefe» Madero, el diputado Anaya Cortés fue enviado a la Comisión Permanente durante el receso del Congreso.

Anaya toma protesta en Mesa Directiva

Ahí, como vicepresidente de esa instancia, el panista tuvo la oportunidad de mostrar sus capacidades para dirigir la discusión parlamentaria.

Para 2013, fue electo por el pleno cameral como presidente de la mesa directiva de este órgano legislativo, para el segundo periodo ordinario de sesiones de la LXII Legislatura del Congreso de la Unión, posición deseada por cualquier integrante de la clase política.

Anaya en el CEN del PAN

En agosto de 2015, al asumir la presidencia nacional del PAN, Ricardo Anaya advirtió que sería crítico del gobierno federal y que, como dirigente tendría que tomar decisiones, muchas de ellas complejas y difíciles, «pero siempre con responsabilidad y con claridad de prioridades».

En ese lapso, mucho se habló de un acuerdo con Gustavo Madero para ofrecerle el puesto de coordinador de los diputados federales de Acción Nacional en la LXIII Legislatura, pues de acuerdo con los estatutos del PAN, es el presidente de ese partido quien tiene la facultad exclusiva de designar a los coordinadores parlamentarios de las bancadas panistas en el Senado y en la Cámara de Diputados.

Gustavo Madero y Ricardo Anaya

Gustavo Madero ocupó el primer lugar en la lista de candidatos plurinominales a San Lázaro, y de acuerdo con la práctica política habitual, quien encabeza dicho listado se convierte en líder de la fracción parlamentaria de ese instituto político.

Pero contra esta práctica no escrita, Anaya designó al diputado plurinominal electo, Marko Cortés, cercano a él desde antes de ascender a la cúpula panista, como coordinador del Grupo Parlamentario de Acción Nacional en la Cámara de Diputados.

Destronar a Madero del grupo parlamentario debió ser una de esas decisiones «complejas y difíciles».

Por otra parte, hay quienes dicen que, en las elecciones de 2016, el éxito panista se derivó principalmente porque el PRI recibió un castigo por parte de los electores que no coinciden con políticas de «mucha espina» como el matrimonio igualitario, o las adopciones de infantes por parejas del mismo sexo y que fue un factor que, definitivamente, favoreció a Ricardo Anaya para lograr la victoria en estados como Puebla, Durango, Veracruz, Tamaulipas y Quintana Roo, tanto por la vía de contender solo o en alianza con el Sol Azteca.

No obstante, el reto mayúsculo y real será 2018, pues paralelo a su probable participación como candidato del PAN por la presidencia de México, el PAN se disputará la permanencia de sus gobiernos en los estados de Puebla y Veracruz, además de las elecciones para renovar gobernador en Ciudad de México, Chiapas, Guanajuato, Jalisco, Morelos, Tabasco y Yucatán.

Anaya celebrando triunfo de la coalición PAN y PRD en Veracruz

Si bien Anaya ha pretendido colocarse la medalla por perseguir a exfuncionarios involucrados en casos de corrupción como Javier Duarte, César Duarte o Roberto Borge,  mantener al PAN en estados antes gobernados por el PRI, es como una oleada violenta que viaja con tanta velocidad y, de no ser «surfeada» con destreza, corre el riesgo de ser el inicio de un declive similar al que el partido sufrió en 2012.

 Vida de lujo en Atlanta

A finales de 2016, diversos medios señalaron que los gastos de Anaya en su declaración 3 de 3 no permiten explicar su vida de lujos, incluyendo sus vuelos una vez por semana de México a Atlanta, donde tiene a sus tres hijos estudiando en la «High Meadows School», una de las escuelas más costosas de la zona.

Inclusive se planteó que los gastos por tales lujos ascendían a 4 millones 487 mil pesos, y aunque el líder panista aseguró que nada tenía que esconder, pues lo que gana como dirigente y las empresas que tiene junto a su esposa «sí dan para pagar esos gastos en territorio estadounidense», por lo que tachó dichos señalamientos, al estilo Trump, como «Fake news».

 Anaya precandidato

Una vez pasados los comicios electorales del 4 de julio, para disputarse los estados de México, Coahuila, Nayarit y Veracruz, arrancó la gresca al interior del PAN por definir quién será el candidato que los represente en 2018, ya sea únicamente por el partido o en colectivo con el Frente Amplio.

Con Margarita Zavala y Rafael Moreno Valle interesados en subirse al tren, buscando la forma de dejar fuera a sus compañeros, especialmente a la primera mencionada que no ha perdido oportunidades para denostar e infravalorar la figura de su líder de partido, Ricardo Anaya ha encontrado el primero y más tupido obstáculo para alcanzar sus aspiraciones presidenciales.

Y aunque, en repetidas ocasiones, se ha negado a responder y asegurar que «Mis adversarios no están dentro del PAN; para Margarita, para Rafael, para mis demás compañeros lo único que tengo es aprecio, reconocimiento y ánimo de construir», los bombazos y pinchadas se tornarán más complicadas desde la recta final de este 2017, pues el caso de Madero es apenas un ejemplo de cómo se toman las decisiones al mero estilo blanquiazul.

Como ya lo hemos mencionado,  los tiempos de besos y abrazos entre el presidente del CEN panista y los dos precandidatos comienza a mutar en un pleito de calle que dista de terminar muy bien.

Por: César J.G. y Edgardo V.L.

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