El diario de Juárez - Fotogramas de realidad
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El día que nunca llegaría

A un año del terremoto del 19 de septiembre de 2017.

La maestra del colegio Rébsamen, responsable de la muerte de 19 niños y 7 adultos, sigue prófuga de la justicia.

A un año del terremoto que les arrebató la vida a más de 300 personas, México todavía tiembla en lo más profundo de su memoria, pues lo que antes era nada más y nada menos que una anécdota para nosotros, hoy se convierte en una experiencia propia. Y es que, cuántos de nosotros dejábamos sin importancia los relatos e historias de nuestros padres o abuelos cuando nos describían su experiencia en el gran sismo del 85, pues a fin de cuentas, «seguro era algo que nosotros no viviríamos»…hasta el pasado 19 de septiembre ce 2017.

Y si bien la memoria mexicana se ha caracterizado por ser una de las que más rápido sana –ya sea para bien o para mal-, no podemos negar que ahora en la mayoría de nosotros vive un miedo que se activa con cualquier sonido que tenga un mínimo de parecido al de la alerta sísmica. Más aún, pues lo que antes se consideraba como un receso en nuestras actividades laborales, el cual realizábamos bajo el pretexto de ser partícipes en un «simulacro» y que incluso durante éste íbamos bromeando y aprovechando para tomar un respiro fuera de la oficina, hoy en día rogamos porque en verdad sea un mero y simple simulacro, y no ya un sismo real ni mucho menos un augurio de otro que ocurra dos horas después.

Afortunadamente poco a poco se ha ido diluyendo ese miedo –aunque sea ya mediante el uso del humor para esconder el temor-, pues tan solo hay que recordar el más reciente desfile militar por la Independencia de México, donde el carro alegórico más aplaudido fue el del Plan de Búsqueda y Rescate DN III, el cual asemejaba un inmueble en ruinas entre cuyos escombros sobresalía una manita desconocida que saludaba a los asistentes.

Caso contrario es la memoria paterna y materna, que al recibir un daño puede apaciguarse, pero nunca sanar. Así es precisamente el recuerdo de los niños del Colegio Rébsamen, donde la vida de 19 niños y 7 adultos fue aplastada por la irresponsabilidad de una directora que decidió hacer de su hogar/escuela un capricho y de un director de Obras que se hizo de la vista gorda.

Como era de esperarse, la justicia en México es lenta, pues a pesar de que Mónica García Villegas, directora del Rébsamen, es considerada como ficha roja por la Interpol y debe ser detenida por cualquier autoridad en cualquier parte del país o del mundo en la que se encuentre, a un año de la tragedia la responsable de la muerte de los niños y adultos que murieron en el Rébsamen sigue libre. Este hecho duele más al saberse que este miércoles, un colegio que debería haber estado rodeado de niños, en su lugar se vio cubierto de coronas de flores en homenaje a la muerte de los pequeños.

Asimismo este sólo es un caso de entre otros de total ineptitud del gobierno que se han visto a raíz de ese día, pues al igual que las comunidades en Oaxaca y Chiapas que también se vieron afectadas por el temblor del año pasado, los damnificados de la ciudad –como por ejemplo los del multifamiliar de Tlalpan- hoy en día continúan sin tener respuesta de las autoridades sobre cómo se resolverá su situación.

Ahora bien, así como la sociedad se jactó de haberse organizado antes que las autoridades para ayudar en los derrumbes de este terremoto, esperemos que no se nos olvide que mientras nosotros dormimos cómodamente sobre una cama, dentro de cuatro paredes, allá afuera hay gente que perdió su hogar y, otros, los menos, pero cuyo dolor es más grande, que vieron el cuerpo de sus hijos ser sacados de entre los escombros.

No es que se esté pidiendo que demos a un damnificado una casa, ni mucho menos que sigamos dando el pésame a los padres de familia, sino simplemente de no olvidar ni dejar que se entierre la irresponsabilidad que causó la muerte de varios inocentes. A fin de cuentas, aunque películas como 7:19, de Jorge Mchel Grau, o la más reciente El día de la unión, de Kuno Becker siguen retomando el terremoto del 85, es hora de comenzar a plasmar también el del 2017 para que éste siempre se mantenga presente en la memoria de aquellos que dijimos que «nunca viviríamos algo así».

Israel Yerena

HOY NOVEDADES/LIBRE OPINIÓN