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Esa librería tiene 91 años de vida y siempre ha pertenecido a la familia Bass.

La propietaria del negocio asegura que «en su intento por preservar la historia, quizá terminen destruyendo una parte de la ciudad».

El nombramiento de la librería The Strand como Monumento Histórico de Nueva York podría tener una repercusión negativa, así lo manifestó Nancy Bass Wyden, dueña de este recinto en la Gran Manzana.

Y es que la intención de la Comisión para la Preservación de Monumentos Históricos de Nueva York busca hacer oficial esa distinción que, por el momento, la librería solo ostenta de forma simbólica. No obstante, Nancy se opone a este hecho, el cual considera como «un golpe mortal» para la librería más icónica de las 78 que hay en la ciudad.

La familia Bass ha sido dueña de The Strand desde su inicio, y recibir el nombramiento oficial de Monumento Histórico atentaría contra este negocio, asegura la propietaria, quien ha declarado que se trata de «una de las últimas grandes librerías que marcaron el desarrollo económico al sur de Union Square. Somos los últimos por una razón. Por favor, no destruyan The Strand al agregar más burocracia, restricciones y gastos innecesarios, haciéndonos más lentos justo cuando necesitamos ser más contundentes».

Nancy externó que de recibir la distinción oficial se presentarían diversas circunstancias negativas, por ejemplo, «por cada reparación, The Strand tendría que pasar por toda la burocracia de la comisión (…) lo que se añade a los gastos necesarios para mantener viva la librería». Cabe mencionar que con la aparición del comercio electrónico las ventas bajaron en este tipo de librerías, lo que ha sabido resistir este negocio que busca llegar al centenario de vida pese a este tipo de inconvenientes. Art Spiegelman y Fran Lebowitz son dos de varios autores que han apoyado la postura de la familia Bass.

Fue en 1927 cuando inició la historia. Un joven de 25 años llamado  Benajmin Bass fusionó su gusto por la lectura y su actitud emprendedora para abrir su propio negocio: la modesta librería The Strand. En un principio formó parte del Book Row (Paseo de los libros), complejo que se extendía por seis calles y se componía de 48 librerías. Sin embargo, 29 años después la tienda de Benjamin fue reubicada en el 826.828 de Broadway, en donde permanece hasta la actualidad.

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