Lo que en realidad quisieron decir fue que…
Lo que en realidad quisieron decir fue que…

Aunque es poco probable que sea una estrategia planteada a propósito, la oficina de Comunicación Social ha resultado ineficaz.

Inoperancia. f. falta de eficacia en la consecución de un propósito o fin.

El gasto que cada Gobierno federal contempla para el rubro de «Comunicación Social» es siempre un tema que los exculpa o los culpa directamente de la percepción que se tiene del jefe del Ejecutivo y su gabinete. Y es que ese sector es precisamente el encargado de hacer ver a la ciudadanía los cambios o estrategias y proyectos en puerta.

Este rubro es aquel con el que Carlos Salinas de Gortari dio un mensaje en cadena nacional para hacerle saber al pueblo de México sobre la existencia de un grupo fuertemente armado en Chiapas. Tiempo después Zedillo haría lo propio para hablar acerca de la última devaluación que sufrió el peso.

Fox hizo uso de esta oficina para anunciar para bien o para mal, lo sucedido en el municipio mexiquense de San Salvador Atenco, hechos que aún son recordados cada año y cuyas secuelas se padecen hasta la fecha. Felipe Calderón ejerció un uso exorbitante de esta misma rama de su gobierno para hacer del conocimiento dela ciudadanía que la «Guerra contra el narcotráfico» iba por buen camino.

Enrique Peña Nieto pareció haber hecho uso de esta misma oficina desde su campaña presidencial; no se explica cómo es que después de tantos descalabros y manifestaciones en su contra, logró llevar un sexenio más o menos estable. La crítica para López Obrador en cuanto se supo el presupuesto que este rubro tendría fue que la cifra avalada por el Legislativo era superior al aprobado anualmente en el sexenio de Peña.

Jesús Ramírez, encargado de esta oficina en este sexenio le hizo saber a reporteros de distintas fuentes que no habría un sobreejercicio de recursos como sí sucedía constantemente con otros presidentes. Para este año se aprobaron 3 mil 179 millones 367 mil 76 pesos, en donde se congrega la actividad de comunicación de todas las dependencias, modificándose así lo establecido con anterioridad, cuando cada secretaría tenía su propia oficina.

La centralización de la información fue un tema que causó ámpula en varios analistas y opinólogos, y es que se presta a la restricción de la información y a la sincronía de versiones de un mismo tema. La cuestión en el caso de la lucha en contra el huachicoleo, que es aplaudida dada la omisión de mandatarios anteriores, hace lucir esta oficina como incompetente o bien inoperante.

El Gobierno federal ha dado grandes muestras de no saber qué comunicar ni cómo hacerlo. Los canales de comunicación están a disposición de ellos y lo único que hacen es «echar porras» al presidente. La perspectiva de la ciudadanía en torno a la lucha contra el robo del combustible es vaga y poco precisa, por lo que se pregunta si el presupuesto que se ejercerá este año en el sector será bien ocupado o terminará por haber sobreejercicio con tal remendar los paupérrimos intentos por comunicar el actuar federal.

Por César J.G.

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