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La institución también espera las colecciones de Roberto Bravo Garzón y Fernando Salmerón Roiz.

Los ejemplares de la biblioteca del escritor ya se encuentran en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información de la Universidad Veracruzana.

Tras el deceso del escritor Sergio Pitol acontecido en Xalapa se determinó que los nueve mil ejemplares de su biblioteca personal fueran llevados a la Universidad Veracruzana para que ahí pudieran ser consultados por el público en general.

Los libros llegaron a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la institución veracruzana el pasado 18 de diciembre, sin embargo, el trabajo que se les hará de limpieza y clasificación tiene estipulado llevarse más de 18 meses, por lo que se tiene estimado que sea hasta el 2019 que todo quede listo.

«Los ejemplares fueron fumigados y van a estar en cuarentena hasta finales de enero, cuando podremos sacarlos, hacer una revisión de las condiciones en que se encuentran, y proceder a su clasificación», detalló Martín Páez Bistrain, director de la USBI Xapala, quien refirió que los nueve mil ejemplares que eran propiedad de Pitol  fueron puestos en una sala cerrada con el propósito de eliminar cualquier tipo plaga o ácaros.

Existe la posibilidad de que algunos de los libros de Pitol sean asignados a la sala de Colecciones Especiales de la USBI, en donde se encuentran ejemplares que pertenecieron al leonés Ignacio Villarías y al campechano Juan de la Cabada. Para esto se revisará cada uno de los ejemplares para encontrar aquellos que ya sea por su excepcionalidad, rareza, edición, idioma o dificultad para conseguir puedan ser trasladados al espacio referido.

Por otro lado, algunos ejemplares más podrían terminar en la sala 3 de Literatura, en donde ya se exhiben las colecciones de Sergio Galindo, Anatole Pohorilenko y Germán Dehesa.

No apoyaron proyecto para Casa Museo de Pitol  

La idea original de la familia Pitol era convertirla en una Casa Museo en su memoria, sin embargo, ante la falta de apoyo por parte de las autoridades se ha puesto en venta el inmueble en donde el escritor  pasó los últimos días de su vida.

Así lo dio a conocer Laura Demeneghi, sobrina de Pitol, quien indicó: «Queríamos que fuera un centro cultural que albergara la biblioteca, que conservara sus pertenencias personales; incluso, habíamos pensado en utilizar dos departamentos continuos a la casa, para que vinieran escritores, estudiosos, a realizar estancias y estudiar los libros rusos».

No obstante, Laura aseguró que «a nadie le importó, y eso nos llevó a tomar esta decisión. La familia no tiene recursos para mantener el inmueble e impulsar un proyecto como el que habíamos planteado». Estas palabras son en alusión a la negativa que recibieron de los gobiernos local y estatal de Hipólito Rodríguez Herrero y Cuitláhuac García Jiménez respectivamente.

 

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